Visitas

miércoles, 15 de octubre de 2014

Te escribo para olvidarte.



Te escribo para olvidarte.

Porque las palabras entran mejor por los ojos.

Porque no hay cosas que nunca te dije.  

Porque no quiero una despedida con bucle infinito y vuelta a empezar.  

Porque la vida contigo era bonita, pero sin ti tiene que ser mucho mejor.


     Quiero reafirmar esto como un contrato. Un contrato por escrito, indefinido, a jornada completa e inevitablemente con muchas horas extras.

    Me contrato a mi misma con el objetivo de olvidarte. Aunque más que un contrato debería escribir una hoja de reclamaciones, porque lo que me vendiste no era como lo pintabas, corazón.

     Oro parece plátano es.

    Las clausulas fundamentales para el cumplimiento de dicho contrato han de seguirse cueste lo que cueste.
 Nada de lloriqueos.
 Expongo:

        1.     El lugar donde se celebrará el contrato será en cualquier lado. Cualquier lado que no me recuerde a ti. Cualquier lado en el que sonreía antes de haberte conocido. Un bar estaría bien. Después de la firma del presente contrato, brindaría con una copa de ron a tu salud por escribirte para olvidarte.

        2.       Me asigno como tareas: no hablarte a ti, no hablar de ti, que no me hablen de ti. No hacer caso a ningún mensaje sin coherencia a las 6 de la mañana (TAREA MUY IMPORTANTE). No hacer caso a ningún mensaje con menos coherencia todavía después de tu dulce resaca. Si me hablas, mi principal tarea será ignorarte. Como eres de los de cuando yo no quiero, tu quieres, si insistes, muy educadamente te mandaré a freír espárragos. Sin contemplaciones. Lo más difícil se hará cuando te vea por primera vez después de la firma del contrato, pero puedo superarlo. Te he dicho que no muchas veces y eran todas mentira, no voy a negarlo. Y tú lo sabías. Los dos lo sabíamos.  Pero nunca había escrito para olvidarte. Y esto tú, no lo sabes.

       3.      No se encuentran reguladas las vacaciones en este tipo de contrato. No existen. No insistas. Trabajo duro las 25 horas los 367 días del año. No se contemplan los festivos, los fines de semana, ni siquiera los descansos entre jornadas. Porque tener vacaciones en este contrato significaría recordarte, y no quiero una depresión post-vacacional de vuelta al trabajo, gracias.

     La recompensa salarial es una cuantía beneficiosa de dignidad y autoestima que he perdido gracias a tu turismo emocional. La recompensa es poder decirte algún día que te he olvidado sin que sea mentira y que sigue sin haber cosas que no nunca te dije, porque con esto te lo estoy diciendo todo, aunque tú no lo sepas.

    Este contrato no se puede rescindir, anular, invalidar, cancelar, abolir, revocar. Escoge el sinónimo que creas conveniente, pero créetelo. 

    En la vida hay trenes que solo pasan una vez. Yo he pasado muchas veces pero esta es la última. Porque te escribo para olvidarte.






2 comentarios: